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viernes, 27 de marzo de 2015

¿Cuánto nos cuesta la vivienda?

Ayer, en la Casa de Cultura y Solidaridad Julián Gómez del Castillo en Valladolid, tuvo lugar una tertulia con el título "¿Cuánto nos cuesta la vivienda?".
En ella se analizó cómo no se puede hacer un estudio de  vivienda sin analizar el salario y trabajo digno. Un tercio de los trabajadores en España, que recibe el Salario Mínimo Interprofesional no pueden acceder a una vivienda digna si no es a costa de altas hipotecas, lo cual siempre provoca que entre en riesgo de ser pagadas.
El alquiler es una salida que quiere potenciar el mercado laboral. El mercado exige una mayor flexibilidad laboral, y esto  está en contra de la estabilidad que proporciona la vivienda en propiedad. No obstante, los altos precios de los alquileres hacen que muchos trabajadores no puedan acceder a viviendas dignas.
Se especula con la vivienda, principalmente protagonizado por constructoras y Banca. También especulan los pequeños consumidores y lo peor de todo, que es lo que estamos viendo en los casos de corrupción que se están destapando, especulan las entidades públicas, sobre todo Ayuntamientos. La vivienda es la gallina de los huevos de oro de la cual todos quieren sacar tajada.
También se analizó la especulación en nuestras ciudades. El objetivo es poder extraer hasta la última gota de los beneficios que producen las ciudades. Detrás de cualquier desarrollo urbanístico, siempre estará el objetivo de obtener grandes plusvalías.
Hoy el urbanismo se ha convertido en uno de los principales instrumentos del capital a la hora de controlar el espacio. Las dinámicas que azotan las ciudades bajo el neoliberalismo han llevado a las mismas a convertirse en verdaderos objetos de deseo para el capital financiero e inmobiliario. Ejemplos tenemos a miles, desde la venta de promociones completas de pisos de protección oficial a fondos buitre en Madrid, pasando por los proyectos de transformación y desplazamiento socioespacial en barrios como Malasaña o Madrid las Vegas, en la misma ciudad, o las campañas y programas que impulsan las Smart Cities (ciudades inteligentes basadas en la sostenibilidad, en el control de las empresas y con una grado de tecnología punta máximo), en Barcelona o A Coruña. En estos ejemplos coinciden en dos cuestiones básicas:               
·         - la consideración de la ciudad como un generador de rentas, ya sea a través del suelo o de los servicios que proporciona a sus habitantes,
·        -  la colaboración, cuando no el impulso, de las instituciones municipales en la consecución de sus objetivos.

Hoy más que nunca hace falta una política al servicio de las necesidades de la persona. La política se ha rendido a las necesidades del capital. Eso crea excluidos del sistema (es la política del descarte, de la que tanto nos habla el Papa). Por lo tanto es necesario potenciar nuevas formas, exigir a las entidades públicas que favorezcan políticas para que sea posible adquirir una vivienda en propiedad.
Hace falta desarrollar formas de acceso alternativas: alquiler social, la autoconstrucción de vivienda en suelo público, la cesión de uso o la propiedad cooperativa, la construcción de vivienda a través de prestación personal de trabajo. El Partido Sain nace para eso.

Os dejamos un audio de la tertulia: