En ella se analizó cómo no se puede hacer un estudio de vivienda sin analizar el salario y trabajo digno. Un tercio de los trabajadores en España, que recibe el Salario Mínimo Interprofesional no pueden acceder a una vivienda digna si no es a costa de altas hipotecas, lo cual siempre provoca que entre en riesgo de ser pagadas.
El alquiler es una salida que quiere potenciar el mercado
laboral. El mercado exige una mayor flexibilidad laboral, y esto está en contra de la estabilidad que
proporciona la vivienda en propiedad. No obstante, los altos precios de los
alquileres hacen que muchos trabajadores no puedan acceder a viviendas dignas.
Se especula con la vivienda, principalmente protagonizado
por constructoras y Banca. También especulan los pequeños consumidores y lo
peor de todo, que es lo que estamos viendo en los casos de corrupción que se
están destapando, especulan las entidades públicas, sobre todo Ayuntamientos.
La vivienda es la gallina de los huevos de oro de la cual todos quieren sacar
tajada.
También se analizó la especulación en nuestras ciudades. El
objetivo es poder extraer hasta la última gota de los beneficios que producen
las ciudades. Detrás de cualquier desarrollo urbanístico, siempre estará el
objetivo de obtener grandes plusvalías.
Hoy el urbanismo se ha convertido en uno de los principales
instrumentos del capital a la hora de controlar el espacio. Las dinámicas que
azotan las ciudades bajo el neoliberalismo han llevado a las mismas a convertirse
en verdaderos objetos de deseo para el capital financiero e inmobiliario.
Ejemplos tenemos a miles, desde la venta de promociones completas de pisos de
protección oficial a fondos buitre en Madrid, pasando por los proyectos de transformación y desplazamiento socioespacial en barrios
como Malasaña o Madrid las Vegas, en la misma ciudad, o las campañas
y programas que impulsan las Smart Cities (ciudades inteligentes basadas en la
sostenibilidad, en el control de las empresas y con una grado de tecnología
punta máximo), en Barcelona o A Coruña. En estos ejemplos coinciden en dos
cuestiones básicas:
·
- la consideración de la ciudad como un generador
de rentas, ya sea a través del suelo o de los servicios que proporciona a sus
habitantes,
· -
la colaboración, cuando no el impulso, de las
instituciones municipales en la consecución de sus objetivos.
Hoy más que nunca hace falta una política al servicio de las
necesidades de la persona. La política se ha rendido a las necesidades del
capital. Eso crea excluidos del sistema (es la política del descarte, de la que tanto
nos habla el Papa). Por lo tanto es necesario potenciar nuevas formas, exigir a
las entidades públicas que favorezcan políticas para que sea posible adquirir
una vivienda en propiedad.
Hace falta desarrollar formas de acceso alternativas:
alquiler social, la autoconstrucción de vivienda en suelo público, la cesión de
uso o la propiedad cooperativa, la construcción de vivienda a través de
prestación personal de trabajo. El Partido Sain nace para eso.
Os dejamos un audio de la tertulia: