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viernes, 8 de julio de 2011

XXI AULA DE VERANO DE LA DIÓCESIS DE VALLADOLID

Entre los días 4 y 7 de julio el XXI Aula de Verano de la Diócesis de Valladolid se ha ocupado de profundizar en los contenidos de la Encíclica de Juan Pablo II Laborem exercens a los treinta años de su publicación.
El título del Aula Crisis, trabajo y dignidad de la persona expresa los diversos contenidos ofrecidos. En la actual situación en la que vivimos en España de cinco millones de parados y la mayoría de los empleos que se ofrecen son precarios, en un contexto mundial de explotación del hombre por el hombre, hay que recordar y defender principios claves tales como la dignidad de la persona del que proviene el de poner el trabajo sobre el capital. 

El primer día la inauguración contó con la presencia del Arzobispo de Valladolid y el encargado de la conferencia fue D. Luis Argüello, vicario general de la diócesis de Valladolid, que se encargó de desgranar el contenido que aparece en la encíclica de trabajo sobre capital. A lo largo de las mañanas se llevó a cabo un estudio sistemático a cargo de D. Eugenio Rodríguez, experto en Doctrina Social de la Iglesia, de los contenidos de la Laborem Exercens con la actualización propia de la realidad en la que vivimos y la encíclica de Benedicto XVI Caritas in Veritate. Las tardes se dedicaron a temas monográficos. De este modo el miércoles D. Javier Marijuan, abogado laboralista y militante del Movimiento Cultural Cristiano, ofreció una ponencia sobre el trabajo humano en el mundo actual destacando la internacionalización de las causas y consecuencias de la explotación laboral. El miércoles, Nacho, militante de la HOAC, nos ofreció el trabajo que desde esta organización se ha desarrollado sobre la incidencia en la familia de la nueva configuración del trabajo. El último día se planteó una mesa redonda con Goyo, del Secretariado de pastoral Obrera, y  Jesús García Gallo, director de Cáritas, que nos ofrecieron una panorámica del trabajo pastoral en el mundo obrero y el programa de empleo que tiene Cáritas. La sensación fue la de la escasez de tiempo para tratar en profundidad un tema tan importante como es el del trabajo por lo que se plantearon concretar algunos aspectos como el de ofrecer un curso de introducción a la economía.   


miércoles, 6 de julio de 2011

La crisis dispara la demanda de consultas de psiquiatría y el consumo de antidepresivos

La prescripción de fármacos crece el 13% en tres años y la cita con el especialista, el 23%

Las dificultades para llegar a fin de mes, la carencia incluso de lo más básico para comer o vestir a los hijos, la presión de un mercado laboral inseguro, la angustia de ver despidos alrededor o de ser ya un parado sin subsidio o la incertidumbre del futuro. Es una atmósfera que, sin duda, ha existido siempre y que, sin duda también, se ha agravado en los últimos años con la recesión económica. Y aunque, en ello coinciden los especialistas, es difícil achacar con seguridad una causa al aumento de la demanda asistencial en salud mental, las cifras hacen intuir claramente que la sociedad tiene cada vez más personas angustiadas, con mayores problemas de ansiedad, con desequilibrios afectivos, con inseguridades y depresiones. Y, los datos también apuntan sobre todo por su correlación temporal y por la experiencia en el día a día de médicos de familia, psicólogos y psiquiatras a que la crisis tiene un peso importante en este crecimiento.


Hay dos datos que constatan tal aumento: El incremento del consumo de antidepresivos -aunque no siempre son para tratar dicha patología- y el aumento de la demanda de consultas psiquiátricas, sobre todo de una primera cita para el diagnóstico.

Así, el año 2010 se cerró con un uso de fármacos antidepresivos de 309.743 envases en Valladolid -casi 1,8 millones en Castilla y León-, 59.511 más que en 2007 y 35.700 más que en 2008, año en que la crisis comenzó a afectar más directamente a las familias. Supone, en tan solo tres años, un incremento del 13%, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad. Un aumento paulatino en esta década pero que se ha disparado sobre todo desde 2007.

No obstante, a este respecto, hay que aclarar, indica Fernando Uribe, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico de Valladolid, que «es muy difícil extrapolar datos de consumo de fármacos a una patología, establecer relación directa y única con el aumento de los antidepresivos y la depresión en sí porque se emplean para otros cuadros como la angustia, para el control de la ansiedad en lugar de emplear ansiolíticos -que cada vez se prescriben menos- o en sustitución de hipnóticos por consideraciones médicas diferentes como el tratarse de un problema menor o a largo plazo. Se emplean incluso en trastornos alimentarios». Lo que sí es un hecho, añade el doctor Uribe, es «que ha crecido su consumo y las consultas por problemas depresivos, por trastornos afectivos».

Por otro lado, las bajas laborales en cambio no han aumentado. Los últimos datos, de 2008, registran 65.175 casos de incapacidad transitoria y solo un año antes fueron 70.004 los profesionales enfermos. El miedo en un ambiente de inseguridad laboral hace aguantar más en el trabajo, ello unido a que el desempleado no tiene baja laboral y hay más personas en paro. De hecho, Especializada ha detectado «que probablemente se están solucionando más casos que antes en los centros de salud porque no hay necesidad de derivarlos a Especializada para que un psiquiatra les haga el informe de incapacidad temporal». Antes «nos enviaban casos, no tanto porque no pudiera resolverlos el médico de familia, como por la tramitación de la baja», destaca Fernando Uribe.

En cuanto a las consultas, sobre todo las primeras citas con el psiquiatra, han aumentado considerablemente. No tanto así las sucesivas porque incluyen las altas.

En los últimos años, cada ejercicio ha ido creciendo de forma progresiva el número de nuevos casos. Mientras en 2008 fueron 5.617 y 5.997 en 2009, el pasado año ya fueron 6.926 las primeras citas con el especialista. Supone en tan solo tres años un aumento de más del 23%. Mil afectados más se suman al número habitual de nuevos diagnósticos anuales.

Todo ello indica un claro aumento de problemas de salud mental y no cabe duda de que «la incertidumbre laboral, el paro, los problemas para sacar adelante a una familia van creando una sociedad cada vez más enferma, hay un aumento de psicopatología», destaca el doctor Uribe.

Fuente: Norte de Castilla