Contacta:

valladolid@solidaridad.net
burgos@solidaridad.net

jueves, 29 de abril de 2010

Aumenta un 24% la cifra de menores infractores en Castilla y León y casi alcanza los 2.700

Un total de 2.683 adolescentes pasaron el año pasado por los dispositivos de atención y reinserción de menores infractores de Castilla y León para cumplir las medidas, en régimen abierto o de internamiento, impuestas por los juzgados. Suponen casi un 24 por ciento más que en el año anterior, cuando por estos servicios pasaron 2.164 jóvenes que aún no habían cumplido los 18.
De ese total, 234 -un 5,4 por ciento más que los 222 de 2008- requirieron el internamiento en el Centro Regional Zambrana, de Valladolid, uno de los tres centros públicos que existen en España para este tipo de medidas, que alcanzó un índice de ocupación superior al 96 por ciento en su 69 plazas del área de reforma. Robo con violencia o intimidación, lesiones y robo con fuerza en las cosas son las principales infracciones que motivaron su internamiento o estancia de fin de semana. Este centro, además de los 234 menores que pasaron por el área de Reforma, también acogió el pasado ejercicio a otros 44 en el área de Socialización, destinado a la atención de menores protegidos que presenten graves alteraciones de conducta.
La gestión de este centro queda en manos de una empresa privada, Grupo Norte, que como un ámbito mas de su negocio (blindados, comedores escolares, telemarketing,..) realiza este “servicio” que nuestros gobernantes delegan en ellos.
Es claro que la respuesta adecuada a esta situación no reside en el endurecimiento de las leyes que penan las conductas delictivas de los menores. Hoy todas las instituciones responsables de la educación de los jóvenes están delegando su responsabilidad, son los MCS quienes más influyen en la formación de los niños y jóvenes imponiendo parámetros de consumo que articulan los deseos de los jóvenes en los que el placer y la violencia son protagonistas. La consecuencia es una juventud que carece de ideales, agredidos por la desestructuración de la familia, por las consecuencias del paro que azota a toda la sociedad, por la corrupción generalizada, por una escuela diseñada al servicio del mercado para formar ciudadanos obedientes e impotentes para dar una respuesta a su vida ni a los problemas de la humanidad.
Nuestros políticos podrán seguir durmiendo tranquilos mientras los jóvenes se enreden en la violencia, el alcohol, el sexo… el negocio del hambre, el paro, y la esclavitud infantil continuarán viento en popa.