EL
TSJ CONDENA AL AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID Y A LA SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO A
PAGAR 3.000 EUROS CADA UNO AL MOVIMIENTO CULTURAL CRISTIANO POR VULNERAR EL
DERECHO DE REUNIÓN.
El
25 de septiembre de 2010 el Movimiento Cultural Cristiano (MCC) y el Partido
Solidaridad y Autogestión Internacionalista (SAIn) convocaron un acto contra el
paro en la Plaza España de Valladolid. En el momento de iniciarse el acto, la
policía municipal se presentó para impedir la utilización de la megafonía.
Los
convocantes avisaron a la policía nacional para que defendiese su legítimo
derecho de reunión. Una pareja de policías nacionales se inhibieron por
completo de su deber, dejando actuar a la policía municipal ilegítimamente como
reconoce la sentencia.
Tras
este atropello, el Movimiento Cultural Cristiano presentó un recurso
contencioso-administrativo contra dicha vulneración de sus derechos
fundamentales que obtuvo sentencia favorable por el Juzgado de lo
contencioso-administrativo nº 2 el pasado 1 de diciembre de 2011, aunque no
concedía la indemnización de 3.000 euros que solicitaba el Movimiento Cultural
Cristiano al Ayuntamiento y a la Subdelegación del Gobierno por daño moral. El
posterior recurso ante el TSJ da la razón a la organización demandante y
condena al Ayuntamiento de Valladolid y a la Subdelegación del gobierno a
abonar dicha cantidad como indemnización. El importe de la indemnización irá
destinado a la lucha contra las causas del paro en cauces que aún están siendo
estudiados por la organización.
La
dura sentencia del TSJ señala “que la actuación municipal se ha materializado
con un manifiesto y reiterado desprecio de la legalidad vigente, y también
desobedeciendo los pronunciamientos jurisdiccionales, como se ve, repetidos (…)
(el Ayuntamiento) conocía ya, por la simple lectura de los fallos
jurisdiccionales anteriores de cómo podía actuar correctamente; alegando ante
la subdelegación del Gobierno y absteniéndose de obstaculizar o impedir el
libre ejercicio de los derechos constitucionales”. Son muchas las ocasiones en
las que el Ayuntamiento de Valladolid ha vulnerado derechos fundamentales de
los ciudadanos. Cuatro sentencias condenatorias en dos años lo avalan.
El alcalde de Valladolid se ha dedicado en estos
últimos años a perseguir y obstaculizar las acciones desarrolladas por el
Movimiento Cultural Cristiano y el Partido SAIn, organizaciones que por su
compromiso cristiano y político salen a la calle para construir una sociedad más
justa. Lejos de amedrentarnos, dicha persecución reafirma la alegría y el
compromiso de nuestro quehacer cotidiano en pos de la Solidaridad y la
Autogestión.