Con motivo de la crisis que padece la sociedad y la población española en la que el paro ha alcanzado la cifra de cinco millones de parados se ha hablado de un gran pacto de Estado.
Primero hemos de afirmar que ante la crisis que durante más de 50 años llevan padeciendo los países empobrecidos donde se muere de hambre, de paro y de esclavitud infantil nadie ha planteado un gran pacto de Estado.
Y segundo, el pacto de Estado ya lo han hecho todas las administraciones blindándose todos los políticos sus sueldos inmorales, jubilaciones, primas, dietas e incluso compatibilizando en algunos casos hasta 11 cargos por los que cobrar. Sólo un botón de muestra: el gobierno ha puesto encima de la mesa un plan de supuestos recortes pero el ministro de trabajo, Celestino Corbacho, nos revelaba un dato:
“De cada 100 euros que maneja el Estado, sólo 20 corresponden a la administración central, mientras que los otros 80 se reparten entre comunidades autónomas, ayuntamientos y demás…”
De lo que cabe deducir, sin demasiado esfuerzo, que aquí no se va a recortar ni un duro de manera apreciable si no se reordenan salvajemente las cuentas de las administraciones autonómicas, entes locales, diputaciones, cabildos y hasta veguerías. ¿Quién lo va hacer? Serán nuestras diputaciones, entes locales, parlamento y gobierno autonómico de Castilla y León? ¿Quién se lo va a ordenar? ¿Será el gobierno? No. En esto han llegado a un gran pacto de Estado todos los políticos del arco parlamentario central y autonómico y van a seguir oprimiendo a Juan Pueblo con impuestos y con inmoralidades pues se ha construido un monstruo que necesita víctimas.
Las víctimas que con más crudeza vemos actualmente son los parados. En datos interanuales en Castilla y León ha crecido la cifra de parados en casi 19% en este último año. En Burgos el paro registrado se ha incrementado en los últimos tres años en un 94,5%. Detrás de estas cifras hay personas, familias que sufren la canallada del paro con consecuencias muy graves. El paro mata y lo hace a través de depresiones, suicidios, accidentes laborales, abortos, violencia familiar...
El entramado político-económico es un auténtico monstruo que devora a los que debía servir. ¿¿Cuándo nos decidiremos a acabar con este monstruo??
Primero hemos de afirmar que ante la crisis que durante más de 50 años llevan padeciendo los países empobrecidos donde se muere de hambre, de paro y de esclavitud infantil nadie ha planteado un gran pacto de Estado.
Y segundo, el pacto de Estado ya lo han hecho todas las administraciones blindándose todos los políticos sus sueldos inmorales, jubilaciones, primas, dietas e incluso compatibilizando en algunos casos hasta 11 cargos por los que cobrar. Sólo un botón de muestra: el gobierno ha puesto encima de la mesa un plan de supuestos recortes pero el ministro de trabajo, Celestino Corbacho, nos revelaba un dato:
“De cada 100 euros que maneja el Estado, sólo 20 corresponden a la administración central, mientras que los otros 80 se reparten entre comunidades autónomas, ayuntamientos y demás…”
De lo que cabe deducir, sin demasiado esfuerzo, que aquí no se va a recortar ni un duro de manera apreciable si no se reordenan salvajemente las cuentas de las administraciones autonómicas, entes locales, diputaciones, cabildos y hasta veguerías. ¿Quién lo va hacer? Serán nuestras diputaciones, entes locales, parlamento y gobierno autonómico de Castilla y León? ¿Quién se lo va a ordenar? ¿Será el gobierno? No. En esto han llegado a un gran pacto de Estado todos los políticos del arco parlamentario central y autonómico y van a seguir oprimiendo a Juan Pueblo con impuestos y con inmoralidades pues se ha construido un monstruo que necesita víctimas.
Las víctimas que con más crudeza vemos actualmente son los parados. En datos interanuales en Castilla y León ha crecido la cifra de parados en casi 19% en este último año. En Burgos el paro registrado se ha incrementado en los últimos tres años en un 94,5%. Detrás de estas cifras hay personas, familias que sufren la canallada del paro con consecuencias muy graves. El paro mata y lo hace a través de depresiones, suicidios, accidentes laborales, abortos, violencia familiar...
El entramado político-económico es un auténtico monstruo que devora a los que debía servir. ¿¿Cuándo nos decidiremos a acabar con este monstruo??