· Datos sobre los desahucios: Los juzgados de la comunidad emitieron 4.114 procedimientos de desalojo en 2012. Aumentaron el 32,6% las ejecuciones hipotecarias en un solo año y casi 15 puntos más que la media nacional. Los bancos se quedaron en 2012 con 1.709 viviendas de la región por impago.
Parejas de 43 años y con dos hijos, las más afectadas por los desahucios en la región. Casi la mitad de los desahucios afectan a familias sin exclusión social hasta la crisis.
· FAMILIA Y SANIDAD:
· 9.000 personas precisan de ayuda urgente para la vivienda y alimentos según datos de la conserjería de Familia de la junta de Castilla y León.
· 10 familias llaman al 012 de urgencias de la Junta cada día para poder comer
· El consumo de pastilla para dormir crece el 5,6% desde el comienzo de la crisis.
· Las bajas en la administración autonómica caen un 21% en 2012. La consejería achaca el descenso al “efecto de la crisis”. Hoy los castellanoleoneses irán enfermos al trabajo por miedo al despido.
· Unos 2.500 discapacitados de la región tendrán una pensión sin haber cotizado. Todavía tenemos que dar más pasos para que la dignidad de la persona sea atendida y más si tienen alguna discapacidad, desde el seno de la madre hasta la vejez.
· Tres de cada diez burgaleses tienen ingresos por debajo del SMI: De los cerca de 160.000 trabajadores que había en 2011 en la provincia de burgos, 41.630 tenían ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional. Es decir, tres de cada diez empleados burgaleses disponía de un sueldo inferior a los 641 euros al mes. Pero, muchos de esos asalariados (más de la mitad, 24.500) no contaba con trabajo durante todo el año, solo unos meses y disfrutaban de un contrato por temporadas. De ahí que el salario medio anual fuera de 1.800 euros. Además más del 50% de los burgaleses (80.377) percibía unos ingresos mensuales inferiores a dos veces el SMI. O lo que es lo mismo, tenía un sueldo bruto de 1.282 euros al mes. Hoy en día, hay quien se considera un privilegiado por tener una nómima de ‘mileurista’. Sin embargo, en 2011, había cerca de un millar de personas en la provincia con nóminas anuales 10 veces superiores al salario mínimo interprofesional, con medias de 125.000 euros al año.