El viernes por la tarde tuvo lugar una charla sobre los actuales movimientos sociales organizada por el Movimiento cultural cristiano en su sede de la Subida S. Miguel.
El ponente, Diego Velicia, psicólogo, padre de familia, y militante cristiano de Valladolid presentó una síntesis de la evolución de los movimientos sociales en España durante las últimas décadas, que dividió en dos grandes grupos; la izquierda oficial (lastrada por la burocracia y su acomodación al statu quo) y la corriente que deriva del 15M, mucho más crítica con la lógica que nos ha traído hasta aquí. La primera corriente - señaló - consciente de su descrédito moral está intentando introducirse y encauzar el carácter reivindicativo de la segunda, aprovechando el cabreo que generan las políticas del PP al que presentan como el culpable de la situación y así preparar la vuelta al poder de los que han sido parte activa en las políticas neoliberales de las últimas décadas.
En éste sentido destacó que el despertar de la indignación que se ha producido en los últimos años en España y en otras partes, como en el Mundo Árabe han supuesto un paso adelante en el proceso de lucha contra el sistema imperialista. En este despertar- señaló - podemos ver luces y sombras, por lo tanto el reto consiste en seguir dando pasos hacia una mayor madurez organizativa y un mayor compromiso militante.
En el diálogo se señaló la importancia de aprender de los movimientos de lucha NoViolenta de las últimas décadas. Procesos como el de Argentina en el 2001 tienen mucho que enseñarnos sobre la necesidad de un análisis certero y dinámico del sistema (para evitar la instrumentalización, el reformismo, las modas, etc). Estamos asistiendo en España a una gran fragmentación de las luchas en las que se mezclan los intereses personales (cuando los recortes afectan al bolsillo de la clase media) con los valores solidarios ante la injusticia que sufren los más débiles, como podemos ver en estos días en Burgos, por ejemplo, con la acampada ante Caja Laboral por el desahucio de TEO.
La charla concluyó con una llamada a la permanencia en la lucha, a pensar con cabeza propia y a poner a los más débiles en el primer lugar de nuestras reivindicaciones. "La esperanza es la virtud del que lucha". Sólo dando un paso más en el compromiso podremos romper el muro de la impotencia que nos han inculcado durante décadas.
El ponente, Diego Velicia, psicólogo, padre de familia, y militante cristiano de Valladolid presentó una síntesis de la evolución de los movimientos sociales en España durante las últimas décadas, que dividió en dos grandes grupos; la izquierda oficial (lastrada por la burocracia y su acomodación al statu quo) y la corriente que deriva del 15M, mucho más crítica con la lógica que nos ha traído hasta aquí. La primera corriente - señaló - consciente de su descrédito moral está intentando introducirse y encauzar el carácter reivindicativo de la segunda, aprovechando el cabreo que generan las políticas del PP al que presentan como el culpable de la situación y así preparar la vuelta al poder de los que han sido parte activa en las políticas neoliberales de las últimas décadas.
En éste sentido destacó que el despertar de la indignación que se ha producido en los últimos años en España y en otras partes, como en el Mundo Árabe han supuesto un paso adelante en el proceso de lucha contra el sistema imperialista. En este despertar- señaló - podemos ver luces y sombras, por lo tanto el reto consiste en seguir dando pasos hacia una mayor madurez organizativa y un mayor compromiso militante.
En el diálogo se señaló la importancia de aprender de los movimientos de lucha NoViolenta de las últimas décadas. Procesos como el de Argentina en el 2001 tienen mucho que enseñarnos sobre la necesidad de un análisis certero y dinámico del sistema (para evitar la instrumentalización, el reformismo, las modas, etc). Estamos asistiendo en España a una gran fragmentación de las luchas en las que se mezclan los intereses personales (cuando los recortes afectan al bolsillo de la clase media) con los valores solidarios ante la injusticia que sufren los más débiles, como podemos ver en estos días en Burgos, por ejemplo, con la acampada ante Caja Laboral por el desahucio de TEO.
La charla concluyó con una llamada a la permanencia en la lucha, a pensar con cabeza propia y a poner a los más débiles en el primer lugar de nuestras reivindicaciones. "La esperanza es la virtud del que lucha". Sólo dando un paso más en el compromiso podremos romper el muro de la impotencia que nos han inculcado durante décadas.
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