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jueves, 2 de febrero de 2012

No podemos ser cristianos a ratos

Celebradas las XVI Jornadas de Militancia D. Felipe López.


El lunes y martes tuvieron lugar las XVI Jornadas de Militancia Cristiana en memoria de D. Felipe López, sacerdote burgalés decisivo en la formación de cristianos comprometidos, que llevan por título “Nueva Evangelización en un mundo insolidario", organizas por el Movimiento Cultural Cristiano.


El lunes, tras la eucaristía, tuvo lugar una charla impartida por el sacerdote diocesano D. Jose Manuel Madruga, coordinador del Departamento de Formación sociopolítica y antiguo director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME).

Su aportación planteó la necesidad de superar la visión meramente económica de la cooperación misionera, caminando hacia una verdadera comunión entre iglesias, en la que no se robe a las iglesias locales de países empobrecidos su protagonismo y su dignidad. Advirtió del peligro de depositar la confianza en las obras, los instrumentos, el dinero, en definitiva, a la hora de desarrollar la misión evangelizadora. “Muchos misioneros – afirmó – se sienten incómodos cuando reciben fondos que hacen más difícil la encarnación en las comunidades empobrecidas en las que trabajan”.

Aunque el desarrollo humano es inseparable del anuncio del evangelio, no se debe perder el norte, para lo cual es necesario que los evangelizadores vivan en pobreza personal y comunitaria, acompañen a las iglesias locales sin prisas y se dejen evangelizar por los pobres. “La cooperación misionera debe incluir también – concluyó madruga- la dimensión profética y política, denunciando las causas de las injusticias”.

Las jornadas continuaron el martes por la mañana con un seminario de diálogo con Arturo García Lucio sobre "socialismo y cristianismo" y por la tarde las jornadas concluyeron con la charla “No hay evangelización sin un laicado adulto” en la que se planteó la necesidad de militantes cristianos que vivan en un proceso permanente de conversión y no de "a ratos" para que se pueda producir el milagro de la solidaridad del que D. Felipe López fue testimonio vivo.