Cada día de los últimos cuatro años seis familias de Castilla y León se han quedado en la calle, sin hogar y con lo puesto por no poder afrontar las cuotas de su hipoteca. En los juzgados de la Comunidad se han presentado 8.781 ejecuciones hipotecarias entre el 1 de enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2010, según las últimas estadísticas hechas públicas por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
En España, la escalofriante cifra se eleva a 271.570. Y eso es tanto como decir que todos los vecinos de las provincias de Ávila y Soria hubieran perdido su casa.
Es otra consecuencia de una crisis que ha elevado en más de 100.000 los parados en la Comunidad, donde en diciembre pasado había ya 186.800 personas sin trabajo, según la EPA, aunque en las oficinas del Ecyl están registrados más de 203.500 (en marzo). El paro ha provocado la imposibilidad de pagar los recibos de la hipoteca.
Como consecuencia de los impagos, las entidades financieras han visto cómo se disparaba su tasa de morosidad hasta niveles de hace 15 años (cerró por encima del 6% en marzo). Convertidas en auténticas inmobiliarias, acumulan en sus balances más de 20.500 millones de euros en “ladrillos”. Cajas y bancos se han ido apropiando de viviendas de particulares, pero también de promociones enteras en manos de constructores, por la vía rápida y barata, prevista por la ley, de las ejecuciones hipotecarias, que han ido escalando a medida que la crisis se agudizaba. Los bancos españoles que tanto crecieron en 2010, beneficiarios de ayudas públicas costeadas por todos, estrangulan a las familias merced a una legislación que permite, primero, subastar la casa del moroso y además la pervivencia de la deuda.
De momento, sólo estas cifras revelan que en cuatro años de crisis las ejecuciones hipotecarias se han disparado un 238% en Castilla y León y un 261% en España. Zamora es la provincia que ha sufrido el incremento más espectacular –los embargos se han multiplicado casi por seis, un 460%–, pero por encima del aumento de la media regional están también Ávila (343%); Soria (280%), Segovia (275%); Valladolid (263%) y Salamanca (259%).
La crisis la pagan los pobres, los parados, los trabajadores que pierden su casa y su empleo en aras de la codicia de quienes han encontrado la forma de hacer negocio del paro, de la explotación laboral y de la necesidad de vivienda de las familias.